martes, 15 de enero de 2008

Teoría Transexual (I)

[Primera Sesión: el Hombre y la Mujer]


Hay días que me siento como un hombre y otros como una mujer. ¿Puedo ser ambos? ¿O me volveré esquizofrénico?
Todo el mundo es ambos y tú te has dado cuenta. Está muy bien, es un gran hallazgo sobre tu ser. Todo el mundo es ambos pero hasta ahora la sociedad ha estado condicionada de tal modo..., nos han enseñado y educado de tal modo..., que un hombre es un hombre, y una mujer es una mujer. Es un arreglo muy falso, no es fiel a la naturaleza. Si un hombre empieza a llorar y a gemir, la gente le empieza a decir: "No llores como una mujer, no te lamentes, no seas marica". Es una bobada, porque un hombre tiene tantas glándulas lacrimales como una mujer. Si la naturaleza no hubiese querido que llorase y gimiese, no las tendría. Esto es muy represivo. Si una niña se empieza a comportar como un chico, es ambiciosa, agresiva, la gente piensa que algo está mal. Le llaman marimacho; no es una niña. ¡Qué tontería! No es una división natural; es una división política, social. Se ha obligado a las mujeres a hacer el papel de mujeres veinticuatro horas al día, y al hombre el papel de hombre veinticuatro horas al día; esto es antinatural y sin duda causa mucho sufrimiento en el mundo. Hay momentos en que el hombre es suave y debería ser femenino. Hay momentos en los que el marido debería ser la esposa, y la esposa el marido, y esto debería ser muy natural. Entonces habría más ritmo y armonía. El hombre estará más relajado si no se supone que deba ser un hombre las veinticuatro horas del día. Sí, de vez en cuando, en un ataque de ira, una mujer puede ser más peligrosa que un hombre, y a veces, en los momentos tiernos, un hombre puede ser más cariñoso que ninguna mujer..., y estos momentos siempre están cambiando. Los dos estados son tuyos; no creas que te estás volviendo esquizofrénico o algo así. Esta dualidad forma parte de la naturaleza. Has hecho un gran hallazgo. No lo pierdas, y no te preocupes de volverte esquizofrénico. Es un cambio: durante unas horas eres un hombre y a otras eres una mujer. Si te fijas, podrás calcular exactamente durante cuántos minutos eres una mujer o un hombre. Es un cambio periódico. El yoga ha investigado a fondo estos secretos internos. Si observas tu respiración, esto te dará exactamente el tiempo. Cuando respiras por una aleta de la nariz, la izquierda, eres femenino. Cuando respiras por la aleta derecha eres masculino. Y cada cuarenta y ocho minutos aproximadamente, cambia. [...] Pero vuestra sociedad os ha enseñado cosas falsas: que un hombre es un hombre, y tiene que serlo veinticuatro horas al día; esta es una tarea muy difícil. Y una mujer tiene que ser mujer las veinticuatro horas del día, suave, cariñosa, compasiva: es una tarea muy difícil. A veces, ella también quiere luchar, enfadarse, tirar cosas... y está bien, si eres capaz de entender el juego interno. Las dos polaridades son un buen juego interno: el juego de la conciencia. Por eso Dios se ha dividido dentro de ti, para jugar al escondite consigo mismo. Cuando el juego ha terminado, cuando has aprendido todo lo que tenías que aprender del juego, cuando has aprendido la lección, das un paso más. El estado final no es masculino ni femenino: es neutro.

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